Después de muchas publicaciones dando mi opinión sobre libros relacionados con animales, le toca el turno al mío.
Más que una opinión, es la historia de cómo surgió. Podría criticarlo, porque es mejorable, pero voy a ser benévola y disfrutar de mi creación, aún con sus fallos.
Como sabes, Mirta murió la madrugada del 26 de diciembre de 2022, tras 15 días con alimentación forzada mediante sonda esofágica y cuidados intensivos. Ese mismo año perdió un ojo por un tumor, del cual se recuperó muy bien e hizo crecer en mi la esperanza de que viviría un poco más. Pero no, todas las patologías que fue sumando a lo largo de sus 13 años, llegaron a un punto que eran incompatibles con la vida y con la calidad de vida.
Yo llevaba un tiempo mentalizándome de que ese día llegaría, y ya sabía de antemano que lo iba a pasar mal. Lo paso mal con animales que no son míos, pues imagínate con Mirta, que era mi compañera incondicional de viaje.
Lo que no sabía era cuánto me iba a durar y cómo iba a «estallar», si con pérdida de apetito o sueño (como me pasó en otro duelo), si con mala leche, si con ansiedad… Y resultó que tuve una mezcla de todas y, además, cada día repasaba mental y cronológicamente los acontecimientos más relevantes. Hasta que llegó un domingo de finales de enero, que no sabía muy bien qué hacer (y además creó que tenía a Manolín ingresado), que me senté, y escribí. Escribí del tirón 7000 palabras en unas 6 horas. Y así lo dejé, inmortalizado para mí, para que no se me olvidara nada.
Luego, surgió la idea de publicarlo. Siempre quise escribir un libro, y mira tú por donde, lo tenía. Investigué por internet los requisitos para publicar, editoriales, número de letras/páginas, etc. Hasta que di con una página que ofrecía formación básica y el acompañamiento en el proceso de redacción. Se trataba de escribir un libro en 60 días, de unas 30000 palabras, y disponía de servicio de corrección, maquetación, diseño de portada, etc.
Con esas 7000 palabras que ya tenía redactadas, que eran puramente cronología, solo tenía que añadir algún detalle más. Y de ahí surgió la idea de hacerlo didáctico. Compartir con el público mis conocimientos de medicina felina adquiridos a lo largo de estos año, con los innumerables textos consultados y cursos a los que asistí. El libro se quedó en 17000 palabras.
La verdad, que es bastante tedioso las múltiples veces que tienes que revisar la redacción, cuadrar las historias, anécdotas, detalles. Y luego revisar la corrección orto-tipográfica, que la hace un profesional y, que en mi caso, cambió algunos tiempos verbales, comas, puntos y expresiones que hicieron que la frase perdiera el sentido que yo quería darle. De hecho, aún con la corrección, hay dos erratas. Te desafío a que los encuentres.
La sinopsis la redactó también una profesional, ante la cual, «Chapeau!»-me quito el sombrero-, ya que sintetizó en seis párrafos el quiz del libro.
El libro se publicó en la «editorial» de Amazon el 14 de noviembre. Y es a día de hoy (mediados de enero), que está teniendo buena aceptación y buenas críticas. La verdad que nunca pensé que lo leería tanta gente. Así que, animada por la acogida, estoy organizado la presentación oficial/firma de libro en un par de librerías y en alguna feria del libro. De momento tengo acordadas dos fechas: 26 de enero y 17 de febrero, ambas a las siete de la tarde, en librerías del centro de Gijón. Si tienen tirón, igual organizo más. Ya veré.