Covid-19, coronavirus y mascotas

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Ante la situación actual que está viviendo el país, Europa y el mundo entero, me veo obligada a escribir esta entrada en el blog.

Desde ayer, España está en estado de alarma por el Covid-19. No os voy a contar cosas nuevas que no hayáis oído ya en las noticias, ni os quiero alarmar más, pero sí que voy a intentar aclarar qué diferencias hay entre los coronarivus “normales” y el Covid-19.

No son lo mismo los coronavirus que pueden tener los perros o los gatos, y el que anda ahora pululando por todo el planeta. El Covid-19 o SARS-CoV-2 que es como se debería de llamar,
tiene una identidad del 80% con la secuencia genómica del SARS-CoV que emergió en el año 2002 en la provincia de Guandong, en el sudeste de China. “Se conocen siete coronavirus que infectan al hombre. Cuatro de ellos normalmente causan un leve resfriado frecuente entre las personas en invierno y, prácticamente todas las personas adultas hemos sido infectadas por estos coronavirus alguna vez, sin habernos percatado de su infección por lo general”, como menciona la Sociedad Española de Virología en su artículo sobre el Covid-19. Este tipo de virus cometen errores durante su replicación de ARN y es lo que da lugar a las mutaciones, como es el caso del SARS-CoV-2. Se baraja la posibilidad de que el virus saltara del murciélago al hombre aunque destacan también que en diciembre, los murciélagos de Wuhan estaban hibernando. El SARS-CoV-2 causa una patología leve en el 80% de los infectados, similar al del año 2002, mientras que en el 20% puede producir neumonía de distinta gravedad asociada a fiebre, dolor de cabeza, tos seca y dificultad respiratoria, que puede evolucionar hacia una inflamación exacerbada del pulmón, edema pulmonar y muerte en un porcentaje entorno al 2%. Se detecta mediante PCR que determina la presencia de ácidos nucleicos del virus, que además facilita la formulación de vacunas. (Fuente: http://sevirologia.es/2020/03/05/nota-sobre-el-brote-del-nuevo-coronavirus-luis-enjuanes-isabel-sola-y-sonia-zuniga/). A fecha de hoy, no se ha detectado que ni perros ni gatos estén padeciendo este virus, ni estén actuando como portadores. Así que no hay de qué alarmarse.

Con respecto a los coronavirus felinos, FCoV, también pertenecen a la familia Coronaviridae. Existen 2 tipos: el tipo I, que es el más prevalente, y el tipo II, que es el resultado de la recombinación del tipo I y el coronavirus canino, y se encuentran principalmente en Japón. La infección con FCoV es muy frecuente en todo el mundo, dando como seropositivos el 80-90% de los gatos que viven en colonias y el 50% de los que viven solos. La infección no causa signos clínicos en la mayoría de los infectados, aunque el 5-10% puede afectar dando lugar a la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF), que viene determinada por las interacciones del virus con el sistema inmune de cada gato, y suele ser fatal. La transmisión es fecal-oral, y por zarpazos. No es zoonosis.

El coronavirus canino es similar al del gato, puede causar infecciones en cualquier perro, pero los cachorros son la población más susceptible debido a que tanto su sistema inmune como su aparato digestivo aún son inmaduros. El coronavirus canino provoca una infección aguda, autolimitada, que no se cronifica, y se manifiesta con diarrea. El virus se  elimina por las heces, siendo la vía de contagio el contacto feco-oral. (Fuente: https://www.affinity-petcare.com/vetsandclinics/es/coronavirus-canino-como-reforzar-el-sistema-inmune-en-cachorros). Tampoco es zoonosis.

A parte de las medida generales para limitar la transmisión de este virus, y como deberían ser para todos los virus (lavarse las manos a menudo, toser y estornudar cubriéndose la boca con el codo, mantener 1m de distancia con las personas y evitar tocarse los ojos y la nariz), en el caso particular de personas afectadas que tengan mascotas, si no pueden evitar el contacto con su mascota, debe llevar mascarilla en presencia de la mascota (NO PONER MASCARILLA A LA MASCOTA), evitar en la medida de los posible el contacto estrecho con la mascota, evitar que lo lama, lavar comedero y bebederos con frecuencia, y lavarse las manos antes y después de manipular la comida. En el caso de que haya que asistir con la mascota al veterinario, bajo cita previa, en horario fuera del normal, y llevada por una persona no afectada.

Pueden parecer medidas desproporcionadas a la gravedad de los síntomas, mortalidad, o no afectación de las mascotas; pero seguramente este se debe (y es mi opinión personal no contrastada), al desconocimiento aún de la forma de transmisión, evolución, reinfecciones e inmunidad del Covid-19.

Espero esta entrada os haya sido de utilidad y para apaciguar la alarma social, y hasta la próxima!

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