De reciente publicación y escrito por Helena Escoda, licenciada en Historia. Lectura muy recomendada ya que sitúa la figura del gato desde su domesticación hace unos 9500-10000 años, hasta la Edad Contemporánea, pasando por el Antiguo Egipto, Grecia Clásica y Edad Media.
Según investigaciones y excavaciones, se cree que la “domesticación” se produjo en la creciente fértil entre el río Tigris y el Eufrates hace 9500-10000 años, cuando el hombre pasó de ser nómada a sedentario y agricultor. Al haber cosechas, había ratones y los gatos se vieron beneficiados. Fue una simbiosis. Aunque también se encontró una tumba en Chipre, del año 7000 a.C.
Aún se trata de determinar el origen genético de nuestros mininos de compañía. Esos gatos que te despiertan por la mañana para exigirte su ración de lata pero, que si es necesario, no dudan en atravesarte una mano si los manipulas en contra de su voluntad.
El Antiguo Egipto fue la época dorada de los gatos. Su muerte estaba penada con la muerte, y si tu gato fallecía, la familia se rasuraba las cejas. En contraposición, cuando fallecía el dueño, el gato era enterrado con él. Se ha visto que la mayor parte de los gatos momificados eran menores de 4 meses y tenían el cuello roto. Los embalsamaban y momificaban, y los ofrecían a la diosa Bastet.
Fueron los Fenicios los que dispersaron al gato por el Mediterraneo, y los Romanos los que los dispersaron por el continente europeo. En el viaje de Colón en busca de las Américas, iban a bordo de la Pinta, la Niña y la Santamaría.
La Edad Media fue una época de altibajos para los gatos. En la Alta Edad Media (s.VI-X) el gato disfrutó de paz y admiración. controlaba las plagas en las cosechas y en las bibliotecas de las abadías. El arte Gótico lo representó en sus gárgolas. Pero durante la Baja Edad Media (s.X-XV) con las época de hambrunas, pestes y la llegada de la iglesia católica, se les relacionó con el diablo y las penurias de los pueblos. Fueron perseguidos, quemados vivos en hogueras, lanzados desde campanarios…
Es especialmente interesante el estudio de la brujería en Europa y la persecución de mujeres, y también hombres pero en menor proporción, emigrantes, discriminados, enfermos, con gato; que llevan a la hoguera por brujas.
En el s.XIX se penaliza el maltrato animal y comienza de nuevo el auge para los gatos.
La verdad que es una lectura entretenida, muy instructiva y muy bien temporizada. Os animo a que la leáis. ¡Hasta la próxima!