También conocida como Parvo felina. Es un virus que provoca diarrea hemorrágica tanto en perros como en gatos. El virus felino es una mutación de uno de los virus caninos, el CPV2. Es un virus muy resistente en el ambiente, especialmente si hay materia orgánica, donde puede sobrevivir durante meses. La infección se produce por contacto directo con heces o material contaminado, por vía oral.
Se caracteriza porque provoca una diarrea explosiva, vómitos y decaimiento, que muchas veces se confunde con una intoxicación. Desde el contagio a la manifestación de síntomas pueden pasar de 2 a 14 días. También cursa con fiebre, falta de apetito, letargo, aunque el signo más característico es una diarrea hemorrágica. Si la infección se produce es estado fetal, se ve afectado el cerebelo, dando lugar a alteraciones mecánicas.
Es siempre una en patología que requiere hospitalización y tratamiento sintomático. Son frecuentes las complicaciones, como la anemia o la coagulación intravascular, pudiendo provocar la muerte del gato. La duración de la enfermedad es variable y, pasados 4-5 días críticos, hay que seguir con el tratamiento unos días más y plantearse la cuarentena. El pronóstico en gatitos, es peor, ya que pueden fallecer por hipotermia y deshidratación asociadas a la diarrea y vómitos.
La forma de prevenirla, es vacunando al gato. Los gatitos sin vacunas, siempre tienen peor pronóstico, y con la vacuna, aunque no evita la infección, si evita desarrollar muchos de los síntomas. Si hemos tenido un gato en casa con panleucopenia, tenemos que retirar bien toda la materia orgánica con agua y luego limpiar y desinfectar con lejía.
No es una enfermedad muy frecuente, pero puede ser fatal. Y es tan fácil evitarla como poner una vacuna.
Hasta la próxima!