Es típico, que cuando os digo que vuestro gato puede estar estresado, me respondáis «qué va a estar estresado, si vive como quiere» (o como un rey, o un marqués, o un príncipe…). Pero hay que tener en cuenta, que el gato aún mantiene muchos instintos primitivos de caza y pasa en un territorio muy reducido 24 horas. Y les pasa como a los humanos durante el confinamiento por el Covid-19, que teníamos de todo (agua caliente, comida, internet, TV, música, vermut…) pero nos faltaba la libertad de salir y relacionarnos.
¿Y qué puede estresar a un gato? Pues los estresores son de lo más variopinto:
- Otros animales que puede ver por la ventana: perros, pájaros, gatos…
- Cambios de mobiliario: pintar una habitación, cambiar un mueble de sitio, adaptar una habitación para la llegada de un bebé…
- Cambios de rutinas: propietario en vacaciones o jubilado que pasa más tiempo en casa, nuevo trabajo, trabajo a turnos…
- Cambios de vivienda (pérdida total de su territorio)
- Introducción de animales nuevos: tanto perros, como gatos…
- Bandeja inadecuada: en tamaño, ubicación, tipo de arena, limpieza…
- Ausencia del propietario: por viajes, hospitalizaciones…
¿Y cómo se manifiesta el estrés en gatos? Principalmente con:
- Incremento de actividad: aumento de marcaje (facial, uñas, orina/heces), exceso de acicalado que puede conducir a que ciertas zonas del cuerpo queden sin pelo, comen más, vocalizan más, agresividad.
- Reducción de actividad: duermen más (y engordan), comen menos, se acicalan menos…
Si apreciáis un cambio de conducta en vuestro gato, acudid al veterinario. Él os recomendará qué hacer y cómo tratar. Pero nunca aseguréis a la primera que es imposible que esté estresado.
El estrés produce la activación del sistema nervioso y la liberación de neurotransmisores (hormonas). El tratamiento médico, tanto de nutracéuticos como de psicofármacos, está enfocado al bloqueo de la acción de estás hormonas a nivel presináptico y postsináptico. Hay opciones para todos los gustos.
Importantísimo el manejo del ambiente, enriquecimiento ambiental o gatificación, como prefiráis llamarlo. Es cubrir las necesidades del gato para poder expresar sus conductas normales, como rascadores, zonas donde esconderse (a nivel suelo o alturas), zonas de vigilancia (a nivel suelo o alturas), juego de caza y depredación, que «luche» por el alimento (comedero interactivos). El manejo del ambiente estimula al gato, evita el aburrimiento, retrasa la demencia senil y otras patologías (obesidad, artrosis…), y estimula el sistema inmune. No hace falta tener un piso enorme, los gatos usan muy bien las tres dimensiones. Existen un montón de opciones para usar las alturas.
Los gatos no desean la vida contemplativa que nos gustaría tener nosotros. Hasta la próxima Pelosinos!