Como os anunciaba hace un par de semanas, os voy a contar cosillas del hipertiroidismo felino.
La glándula tiroidea produce hormonas tiroideas: tiroxina (T4) y Triyodotironina (T3). En casos de hipertiroidismo, ya sea por una hiperplasia nodular o por un adenoma benigno (96-99%), o por un carcinoma maligno (1-4%), estas hormonas están elevadas provocando un estado de tirotoxicidad que se caracteriza, entre otras cosas, por aumento de la actividad física (nerviosismo e hiperactividad), aumento del apetito, pérdida de peso, alteraciones gastrointestinales (vómitos y diarrea), ingesta de agua y micción incrementadas, y agrandamiento de la glándula tiroidea (bocio). Esta tirotoxicidad también tiene efecto a nivel renal, hepático y cardíaco, siendo habitual encontrar en el último caso soplos, taquicardias, ritmo de galope y fallo cardíaco congestivo.
Es la patología endocrina más habitual en gatos, y su incidencia está aumentando progresivamente desde la década de los 70, coincidiendo con el uso de pesticidas, herbicidas y comida enlatada. Estos son factores de riesgo junto con la edad (+6 años). Curiosamente, su incidencia cambia según los países, ya que es una patología que puede estar hasta 3 años de forma subclínica y hay que “buscarla”, es decir, en aquellos países con mayores incidencias es donde hacen estudios rutinarios del tiroides. En cambio en España, aún no valoramos la T4 de forma rutinaria en animales geriátricos, y la incidencia en nuestro país, es un poco inferior a la del resto.
El diagnóstico no es sencillo ya que la T4 sufre fluctuaciones a lo largo del día y también se ve suprimida por enfermedades concomitantes, las cuales son habituales porque recordad que es una patología de gatos mayores. En primera instancia, se mide la T4 total (TT4), que puede estar por encima o en el rango de referencia. Si está elevada y además hay signos clínicos, se diagnostica hipertiroidismo. Si está normal y hay signos, se debe repetir al cabo de 2-4 semanas. En esta segunda valoración, si la T4 sigue normal, se debe valorar a mayores la T4 libre, que es una técnica un poco más costosa. Si la T4 libre está elevada, se puede diagnosticar hipertiroidismo. Existen también pruebas de estimulación/supresión con T3, TRH (hormona liberadora de tirotropina) y TSH (tirotropina) pero no se suelen emplear por la dificultad para encontrar los fármacos y por lo efectos secundarios que pueden provocar.
Junto a la valoración de T4, siempre hay que hacer una analítica básica (hemograma, bioquímica y urianálisis) para descartar otras patologías que puedan estar alterando la T4. Esto tampoco es tan sencillo ya que a nivel renal provoca un aumento de la tasa de filtración glomerular, es decir, pasa más sangre por los riñones y filtran más, y puede enmascarar una posible enfermedad renal, que al tratar el hipertiroidismo dará la cara al empeorará el estado físico del gato. A veces, los dueños no quieren tratar porque el gato pasa de estar súper activo con X años (+6) y al normalizar la T4 se relajan y parece que están enfermemos, pero hay que tener en cuenta que el hipertiroidismo es nefrotóxico y si no se trata el gato acabará con fallo renal y la muerte, en menos tiempo que tratando el hipertiroidismo. A nivel hepático, la T4 provoca un aumento de enzimas hepáticas. La duda está en si el aumento de estas enzimas en por causa hepática primaria o secundaria al hipertiroidismo. Se hace un tratamiento experimental y se reevalúan al cabo de 1 mes. Se suma otro problema y es que los medicamentos para el hipertiroidismo, pueden provocar aumento de las enzimas hepáticas.
Bueno, como veis el diagnóstico es harto complicado y hay que jugar con los signos, pruebas y a veces con el tratamiento. Existe otra prueba, la gammagrafía o escintigrafía, que consiste en administrar Tecnecio, el cual es absorbido por las glándulas salivares y por las tiroideas. Es necesaria una cámara gamma para ver la unión y valorar la hiperplasia.
Existen 4 modalidades de tratamiento: 1. Medicamentoso: con pastillas 1 ó 2 veces al día, o jarabe 2 veces al día (según fármacos disponibles actualmente en España). En ocasiones, por efectos adversos de las pastillas, se puede usar pomada para aplicar en la cara interna del pabellón auricular, pero la respuesta es más variable por la absorción. 2. Dietético: hace unos años salió al mercado un pienso reducido en yodo. Se emplea en casos leves de hipertiroidismo, con el inconveniente de que la dieta debe ser exclusiva, no pueden comer nada que no sea el pienso o lata reducido en yodo. Cualquier chuchería que se le de, ya añade yodo en el organismo. 3. Quirúrgico: este es un tratamiento definitivo y consiste en extirpar la o las glándulas tiroideas agrandadas. Existe riesgo de hipotiroidismo y de hipoparatiroidismo si también se extirpar las glándulas paratiroideas que se localizan en el mismo tejido. 4. Yodo radiactivo: desde hace un par de años tenemos un centro especializado en España, en Madrid. Antes había que ir a Francia. El yodo radiactivo se une a las células hiperplásicas destruyéndolas. El tejido normal, como está atrofiado, no absorbe la radiación y no se daña. El inconveniente es que el gato debe quedar hospitalizado de forma aislada durante 7-15 días en el centro, y luego en casa se limita el contacto con los propietarios a 1 hora al día durante un tiempo. El pis y las cacas son radiactivas durante unas semanas y deben tratarse como tal, eliminándolas en un contenedor adecuado. En caso de niños o embarazadas en el hogar, esta herramienta es incompatible. La ventaja es que elimina todo el tejido hiperplásico, ya sea en la glándula o en tejido ectópico. Además en un 95% de los casos una sola dosis es curativa. A veces, hay que repetir el tratamiento 4 años después.
El hipotiroidismo es el efecto contrario, una falta de hormonas tiroideas, que provoca letargia y ganancia de peso con pobre apetito, principalmente. Normalmente se produce por un exceso en el tratamiento del hipertiroidismo, siendo éste el hipotiroidismo iatrogénico. Aunque se dieron 2 casos de hipotiroidismo espontaneo en gatos adultos, uno relacionado con una infección de la glándula, y el otro por atrofia. Están descritas causas congénitas en gatitos, que se caracterizan por un crecimiento inferior al resto de los gatitos de la camada, y por un crecimiento desincrónico (enanismo desproporcionado: cabeza grande pero cuerpo y patas pequeñas). No suelen vivir más de un año, y normalmente se incluyen dentro de Síndrome del gatito enfermo.
Bueno, la conclusión principal a sacar de aquí, es que es una enfermedad que hay que buscar antes de que manifieste síntomas, que no siempre es fácil diagnosticar por las fluctuaciones de la T4, y que aún habiendo muchas alternativas de tratamiento, solo un par de ellas son curativas aunque se corre el riesgo de hipotiroidismo. No es una enfermedad fácil ni de diagnoticar, ni de controlar.
Hasta la próxima!