Un gat@ nuevo@ en casa

Cuando llegamos a casa con un gatito o gato, o nos estamos planteando adoptar uno, tenemos que conocer una serie de requisitos básicos.

Vamos a ver 2 escenarios: cuando en casa no hay ningún gato, y cuando ya tenemos un gato. Y esto sirve para gatitos, gato adulto jóven, abueletes, etc, y para machos y hembras.

En el primer caso, cuando llevamos por primera vez un gato a casa, si es de pocos meses, deberemos dejarlo en una habitación cálida con todos sus enseres:

  1. Bandeja de arena: esta debe ser lo suficientemente grande para que el gato pueda dar la vuelta en ella. Cuando son pequeños no debe ser muy alta para que puedan entrar, y cuando son grandes, un poco más alta para que cuando tapen las deposiciones, la arena no termine esparcida por el suelo. Las hay cubiertas y con puerta, y abiertas. También las hay con una especie de colador en el fondo que permiten separar la arena sucia de la limpia en un movimiento. Según los estudios los gatos las prefieren abiertas, porque que la puerta les golpee en el culo o en la espalda de la que entran, no les suele gustar. Pero a gustos del consumidor. Las cacas y el pis (en la medida de lo posible) deben retirarse a diario, y una vez por semana limpiarla por completo. Debe colocarse en una zona tranquila, donde el gato pueda emplear su tiempo en hacer sus necesidades sin sustos ni interrupciones. No es buena idea colocarla en una zona de paso, detrás de una puerta, o al lado de la lavadora, ya que el gato se puede asustar y rechazar el arenero en el futuro.
  2. Arena: hay 4 tipos de sustrato, la clásica, que son piedritas; la aglomerante, que son piedritas más pequeñas y que al contacto con la orina hace bola lo cual facilita la limpieza; la de sílice, que son unas piedras blancas translúcidas que van absorbiendo la orina y cuando se tornan amarillas es hora de cambiarlas (a esta también la llama hipoalergénica porque no suelta polvo); y ecológicas, de serrín, papel o coco, que incluso puedes eliminarlas por el inodoro. En cuanto a preferencias, a los gatos les gusta más la aglomerante no perfumada. Pero también se han dado casos de gatos que rechazaban todas. Yo tuve una gata a la que le tenía que echar tierra encima de las piedras para que hiciera sus necesidades en el arenero.
  3. Comedero y bebedero: en habitual verlos 2 en 1 pero es preferible tener 2 independientes, para que el agua no se ensucie con restos de las croquetas, y que el gato luego no quiera beber. Pueden ser de plástico, de acero, o de cerámica. Es preferible que sean de acero o cerámicos, ya que se han relacionado los de plástico con “espinillas” en la barbilla del gato. En cuando a limpieza, todos son similares.
    El agua debe cambiarse a diario, y el cuenco de la comida debe limpiarse a diario. Lo que deben ser, es suficientemente amplios para que los bigotes del gato no choquen con los bordes, y le resulte incómodo. Si el gato convive con perro, éstos deben colocarse en alto para que el perro no se coma la comida del gato (que siempre es más suculenta).
  4. Comida: en este apartado hay multitud de variables: gama baja, media, alta, élite, sin cereales, con porcentajes de proteínas distintos, para gatitos, para jóvenes castrados, para adultos, para seniors, outdoor, indoor, etc. E incluso comida vegana (hay que tener en cuenta que el gato es un carnívoro estricto, y no digo más por no menterme en polémica). Cada uno lo que se pueda permitir, pero al menos hasta el año de vida, que sea para gatitos, y a partir de los 8 años, para seniors, siempre y cuando no aparezca una enfermedad primero que le limite a una dieta específica. En cuanto al alimento húmedo, yo soy partidaria de darles un poco de lata a diario, les aporta hidratación y en el caso de tener que darles medicación, es una forma fácil de administrarla (escondida en ella sin que el gato sospeche). En este aspecto hay mousses, bocaditos en salsa, bocaditos en gelatina, patés… a sgusto del consumidor.
  5. Rascador: normalmente tienen que ser verticales, aunque conozco gatos que prefieren que estén en el suelo. Los hay en sisal, de cartón (de corta vida y más baratos), etc. Mi gata prefiere el felpudo. Es importante colocarlos cerca de la zona de descanso, porque el gato al desperezarse, lo primero que hace es estirase y rascar. Así evitaremos que destroce el sofá o la silla, o lo que este colocado más próximo y que sea de su agrado. Existen feromonas para atraer al gato al rascador, y evitar así que arañen los muebles. No hay que olvidar, que el “hacerse las uñas” es una necesidad/expresión del gato.
  6. Antiparasitarios y vacunaciones: de esto he hablado en la entrada anterior. Desparasitar desde los 2 a los 6 meses una vez al mes, y luego cada 3. Y las vacunas se inician a las 8-9 semanas, se aplican 3 dosis separadas un mes, y luego revacunacionea anuales, según tipo de vida de cada minino.
  7. Cuidados estéticos: en este caso depende de la raza. Si es de pelo medio-largo debería cepillarse una vez al día, si son de pelo corto, una vez a la semana es suficiente, y en épocas de muda (primavera y otoño), intensificar los cepillados. Se puede emplear una carda o una peine de púas lisas para los de pelo largo. Si son de nariz chata, es necesario limpiarles los lagrimales una vez al día para evitar irritaciones por humedad. Los oídos por lo general no necesitan limpieza, a no ser que sea un Sphinx que producen mucho cerumen y entonces hay que limpiar cada 2-3 días. Y las uñas, habría que cortarlas cada mes o mes y medio, dependiendo de la actividad y de si dispone y usa rascador o no. Se puede acostumbrar al gatito desde bebé a cepillarle los dientes. Existen cepillos y pastas de dientes específicas para ellos.

En el segundo escenario, si ya tenemos un gato en casa, lo primero es separarlos físicamente, por 2 motivos principales: 1. para evitar que el gato nuevo le pueda contagiar parásitos o enfermedades al gato “autóctono”. Y 2. para evitar rechazo por parte del gato autóctono al gato nuevo, lo que podría terminar en peleas o agresiones. Deben estar separados física y visualmente el tiempo necesario hasta que, cuando se huelan por debajo de la puerta, no haya bufidos por ninguna de las dos partes. Momento en el cual, sustituiremos la puerta opaca por una mosquitera, para que así puedan verse. En esta fase es habitual que vuelvan a bufarse. Si los bufidos persisten muchos días o existen ataques a través de la malla tendremos que volver a separarlos visualmente. Ayuda intercambiar prendas que huelan al uno y al otro. También, dejar que el nuevo inquilino se familiarice con la casa, dejando al autóctono cerrado. Cuando se vean y no existan ataques, se podrán juntar con precaución. Si estando juntos empiezan a pegarse, no los intentéis separar con la mano, porque os pueden morder o arañar. Usad mejor una escoba o tirarles agua por encima. El tiempo de cada fase depende de ellos. Se pueden usar feromonas de la amistad. No son la panacea pero ayudan a que no están tan histéricos. Alguna vez usé un truco que cosiste en perfumar a las dos partes con una colonia potente, para que así huelan los dos a lo mismo, pero no siempre funciona, y además les puede molestar.

En el tiempo que el nuevo esté separado, hay que llevarlo al veterinario, para que lo teste de leucemia e inmunodeficiencia felinas, virus contagiosos por contacto directo entre gatos, y que son potencialmente mortales. Y para desparasitar y establecer pauta de vacunación. Me pasó en una ocasión, una cuidadora que con toda la ilusión del mundo, le llevó un gatito a su gata para que no estuviera tan sola, y se lo metió en casa tal cual, lo que terminó es un estado tal de estrés para la gata, que a los pocos días desarrolló un cuadro de catarro, y al hacerle el test, dio positivo a leucemia. Bien porque se lo contagió el gatito, bien porque era portadora y con el estrés, lo manifestó. Hay que tener cuidado porque estas cosas pasan y luego nos lamentamos.

En cuanto a arenero, hay que poner uno por gato, y más uno más en casos de familias numerosas. Un comedero y bebedero por gato, y poder ser, en lugares distintos de la casa, ya que siempre va a ver territorios, y unos gatos prefieren comer en una zona y otros en otra. Si todos están bien abastecidos con las necesidades básicas (arenero, comida agua, descanso), reduciremos mucho los conflictos y los gatos y nosotros viviremos más contentos.

Suponiendo que hubiéramos tenido un gato, que hubiera fallecido por una enfermedad vírica, antes de introducir otro gato hay que hacer un vacío sanitario. Los virus de la leucemia y de la inmunodeficiencia no sobreviven mucho en el ambiente, y con los desinfectantes habituales se eliminan. Otro cantar es el virus de la peritonitis infecciosa felina, que sobrevive bastante tiempo en el ambiente. En este caso hay que esperar 6 meses antes de introducir otro gato en casa, y deshacerse de los enseres del otro gato incluido el rascador.

Me ha salido una publicación un tanto extensa, pero creo que he tocado todos los puntos. Hasta la próxima!

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