La Leishmaniosis es la manifestación clínica de la infección por el parásito Leishmania infantum, enfermedad emergente en Europa, y endémica en España desde hace mucho tiempo. En concreto, los últimos estudios de seroprevalencia revelaron que las provincias con mayor incidencia fueron Baleares (57,1 %), Ourense (35, 6%), Málaga (34,6 %) y Cáceres (34,2 %). Y las que presentaron menor incidencia fueron Vizcaya (0%), Cantabria (2,0 %) y Álava (3,3 %). En Asturias la prevalencia es del 7%, con casos de perros que no han salido nunca de la comunidad.
Para explicar bien la Leishmaniosis, hay que hablar de 5 cosas:
- del parásito
- del mosquito
- de las manifestaciones clínicas
- del tratamiento
- y de la prevención
EL PARÁSITO
Leishmania infantum es un protozoo que para completar su ciclo biológico involucra a un vector (el mosquito Flebotomo) y un hospedador (el perro).
El perro contrae L. infantum cuando una hembra del Flebotomo inocula promastigotes al momento de su alimentación. Los promastigotes son fagocitados por macrófagos y otras células monoucleares fagocíticas de la respuesta inmunitaria del perro. Dentro de estas células se transforman en amastigotes e invaden todos los órganos de su hospedador. Para ser transmitidas a un nuevo vector, es necesaria la presencia de amastigotes en la dermis. Cuando la «flebotoma» succiona sangre, los amastigotes pasan a su aparato digestivo donde se transformarán en promastigotes.
EL MOSQUITO
El Flebotomo son mosquitos dípteros y hematófagos (solo las hembras), de pequeño tamaño (2-4mm), peludos y con un solo par de alas funcionales, conocidos como «moscas de la arena», «viuditas» o «beatillas».
Necesitan temperaturas medias de 15-20ºC, evitar la luz solar directa, humedad moderada y abundante detritus orgánico. Durante el día permanecen protegidos de la luz en lugares muy diversos (oquedades del suelo, vegetación, edificaciones…), y al atardecer/anochecer hacen vuelos cortos de 400-500m. Sobreviven unos 30 días y una vez infectadas de Leishmania son capaces de inocularla durante toda su vida.
Los adultos tienen actividad estacional de primavera a otoño, permaneciendo como larvas durante las estaciones más frías en el suelo.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La capacidad y tipo de respuesta inmunitaria, y factores secundarios (coinfecciones, nutrición), son condicionantes para las manifestaciones clínicas que son básicamente 3: cutánea, visceral y mucocutánea.
Si la respuesta inmunitaria es eficaz, evita la diseminación de la infección y consigue eliminar el parásito. La respuesta celular engulle las células infectadas y elimina la infección. La respuesta humoral, basada en anticuerpos, no es capaz de eliminar al parásito, y paradójicamente son estos anticuerpos los que causan gran parte de los problemas por depósitos de inmunocomplejos.
Los signos cutáneos ocupan el 80-90% de los casos: escamosis, úlceras, onicogriposis, hiperqueratosis nasal y digital. El 20% es la manifestación visceral. Y otros signos: linfadenopatía , palidez de mucosas, caquexia, artrosis, uveísis, glomerulonefritis y sangrado nasal.
La manifestación más habitural es los perros es la cutánea. En cambio, en el humano es la visceral conociéndose la enfermedad comúnmente como kala-azar.
TRATAMIENTO (en perros)
Partiendo de la base que es una enfermedad sin cura, lo que intenta el tratamiento es una remisión clínica el mayor tiempo posible.
El tratamiento inicial consiste en una inyección diaria durante 1 mes, y pastillas durante 6 meses.
Se realizan controles periódico para ver la involución del parásito a nivel sanguíneo, y en el caso de que no haya respuesta adecuada, se añaden otros fármacos con antiinflamatorios y estimulantes de la respuesta celular.
Se pueden elaborar una autovacunas para estimular la respuesta celular y reducir tanto la sintomatología como la serología. Se saca sangre al perro, y en con el ADN del parásito se elabora la vacuna, que se aplica en 2 dosis separadas 15 días.
PREVENCIÓN
Es lo más importante, viendo que tanto el mosquito se queda como inoculador crónico y la enfermedad no tiene cura. Más vale prevenir que curar.
Lo básico son los antiparasitarios con acción repelente frente a los mosquitos. Pipetas que deben aplicarse cada 3 semanas, o las más actuales, 1 vez al mes. Collares con efecto durante 6 meses.
La vacunación solo debe realizarse en perros serológicamente negativos. Tiene un efecto del 70%. Hoy en día existen 2 tipos. No están indicadas para toda las zonas geográficas.
Viendo lo visto, más vale prevenir, y aunque es Asturias la prevalencia es del 7%, si vas a viajar a alguna zona con mayor prevalencia, no te olvides de proteger. Lo que suelo recomendar para viajes cortos, son pipetas más el jarabe.
Hasta la próxima!