Los gatos no arañan porque sí

Los gatos no arañan porque sí. Tienen sus motivos. Arañar es parte de su comunicación felina, solo hay que entenderlos y aprender sobre ellos. Si quieres saber más sigue leyendo.
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Hace un par de días me contactó un cliente para preguntarme si me podía quedar con su gato. No en el hotel, no. Sino que quería deshacerse de él, darlo en adopción.

El motivo: lo arañaba asiduamente.

Cuando le pregunté bajo qué circunstancias le arañaba, la respuesta fue «porque sí».

Y nada más lejos de la realidad. Los «ataques» se daban cuando el cuidador estaba recostado leyendo, o viendo la tele, o consultando el móvil. Y entonces el gato se abalanzaba sobre él y le arañaba.

Vale, de acuerdo. El cuidador no estaba haciendo nada, no estaba provocando al gato. Pero el gato estaba demandando atención. Dependiendo de la socialización que hayan tenido, así como de su temperamento, habrá gatos que inicien el juego (la caza) con consentimiento de «la presa» y otros sin consentimiento.

En otras ocasiones, el gato «ataca» cuando pasas cerca de él. Está acechándote escondido en un recoveco del pasillo y se lanza a los tobillos. O cuando sales de la ducha.

Los gatos necesitan jugar todos los días. El juego se reparte en juego en solitario, cuando ellos solos se divierten moviendo una pelota de aquí para allá; y juego en compañía, cuando demandan la participación de el/los cuidador/es. Jugar con tu gato crea vínculos, es muy positivo para la salud física y mental del gato (y para la tuya), y debe de ocupar unos 15 minutos todos los días (mínimo), y a poder ser predecible (a la misma hora).

Los juguetes se deben variar para no caer en la rutina y en el aburrimiento. Esto no significa que todas las semanas tengas que comprar uno nuevo (bueno, a veces sí porque se rompen), sino que puedes tenerlos todos en una caja y semanalmente sacas uno distinto a la semana anterior y los vas rotando. Así, el gato crea un nuevo interés por el juguete y el juego.

También pueden morder y arañar por tocarlos si consentimiento, o por exceso de caricias.

El gato siempre tiene que iniciar el contacto. Especialmente cuando el que le quiere tocar/acariciar es un desconocido. Y si acepta el contacto, debe ser breve y suave. Si tocas más de lo que el gato quiere, te lo va a decir. Y te lo va a decir según haya aprendido a hacerlo, puede bufar o puede pasar a morder/arañar directamente. Aquí también influye la socialización y aprendizaje.

Cuando tu gato demanda caricias, y se restriega, se revuelca, etc, y de pronto se vuelve y te muerde/araña, has cruzado el nivel de tolerancia de las caricias. Llega un punto, que las caricias pasan de ser placenteras a desagradables, como pequeñas descargas eléctricas en la piel que molestan al gato. Cada gato tiene su tiempo de tolerancia y su forma de expresarlo. Normalmente ves que antes del ataque, el gato se pone tenso, echa las orejas para atrás y menea el rabo, para a continuación morder/arañar. A medida que conozcas a tu gato, calcularás el tiempo y notarás el cambio antes.

No te lo tomes a mal, forma parte de la comunicación del gato. Solo hay que conocerlos y entenderlos, aprender sobre ellos y, en ocasiones, dejarse asesorar. Y si no estás de acuerdo, pues no tengas un gato.

PD: una tercer causa de ataque (que este sí es ataque), es por miedo. Si no tiene escapatoria, puede defenderse con violencia. Ruidos fuertes, persecuciones de niños/perros, frustración por otros gatos. No es habitual pero es la más dañina porque es una agresión con víctima, ataca varias veces. En este caso, hay que cerrarlo en una habitación hasta que se le pase el cabreo y llamar al veterinario/a.

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