El pasado fin de semana tuvo lugar el X congreso de medicina felina de Avepa.
Normalmente se celebra a finales de Enero-primeros de Febrero. Este año fue el último fin de semana de Febrero y además coincidió con los Carnavales de Gijón. Con un tiempo estable y casi primaveral, cosa rara porque casi siempre hay una dana o anticiclones varios.
Los temas a tratar fueron cardiología, oncología, dermatología y anestesia, enfocadas a la medicina felina. Los ponentes de este año fueron todos nacionales. En otras ocasiones invitan a algún especialista europeo o americano pero este año no está la cosa para andar viajando. La ventaja de que fueran de aquí, a parte de que no necesitas traductor, es que la forma de trabajar es similar a la tuya. Disponen de los mismos laboratorios externos y equipamiento-material que tú, con lo cual no ves su trabajo como ciencia ficción, como ocurre a veces con los americanos.
En cardiología descubrí un broncoscopio desechable económico. Estoy buscándolo para hacerme con unos pocos. En oncología hay una nueva terapia (electroterapia) para tratar carcinomas de células escamosas nasales sin falta de cirugía radical y con buena calidad y esperanza de vida. En dermatología no hay que desesperar, se puede «abusar» de los corticoides. Y en anestesia, se deben usar más bloqueos nerviosos.
Pero no todo es estudiar y actualizarse. También hay tiempo para actos sociales. El viernes cenamos en un llagar una pseudo-espicha. Y el sábado en el hotel NH de Gijón. La espicha dejó bastante que desear en cuanto a cantidad de comida.
El año pasado por las restricciones del Covid-19, le congreso fue virtual. Este año teníamos todos muchas ganas de vernos. Se organizó en el Palacio de Congresos del recinto ferial Luis Adaro, con espacio suficiente para mantener la distancia de seguridad y con mascarilla. La parte de expositores contó con unas cuantas casas comerciales, con una novedad: un fármaco para la osteo-artrosis, de administración mensual (inyectable) con el que los gatos corren y saltan como si tuvieran 2 años. ¿Algún voluntario?
Y para finalizar y a modo de anécdota, un compañero del post-grado me dedicó su libro, del cual ya os hablé en este blog hace un par de años (Primeros auxilios para gatos de Germán Pérez).
¡Hasta la próxima, pelosinos!