Aunque no es habitual ver garrapatas en los gatos, a excepción de las zonas donde no llegan con la boca (cabeza y cuello), ya que se las arrancan durante el acicalado, no es necesario tener gatos o perros para que una garrapata se nos pegue y nos trasmita enfermedades. Un simple paseo por el campo es suficiente.
Existen millares de especies de garrapatas. A grosso modo las hay duras y blandas. Aquí vamos a hablar de las duras, principalmente de la familia Ixodes, que son las que transmiten enfermedades a los gatos.
A parte del traumatismo de la piel por la mordedura, de la succión de hasta 2ml de sangre en poco tiempo, de posibles infecciones secundarias de la herida, y de inocular neurotoxinas que provocan parálisis; las garrapatas son vectores de parásitos hemáticos. Ixodes spp. trasmite anaplasma. Rhipicephalus sanguineus y Dermatocentor variabilis (otros especies dentro del género), trasmiten ehrlichia. Ambas patologías son causadas por Rickettsias, bacterias intracelulares obligadas. R. sanguineus también trasmite babesia (otro parásito sanguíneo) en los perros.
La garrapata necesita 3 anfitriones para completar su ciclo biológico, ahí entran en juego los perros y los gatos, y a veces nosotros. Sobre el animal se alimenta y en el ambiente muda y cambia de fase. Si el ambiente es adverso puede entrar en un estadio de hibernación o diapausa, por eso sólo se ven algunos meses al año. La garrapata adulta adquiere la rickettsia de un hospedador y la puede trasmitir vía transovárica o transestadial a sus huevos y larvas.
Las Rickettsias parasitan los glóbulos rojos, y a veces glóbulos blancos, causando la muerte de estos y dando la sintomatología. Tanto la Erhlichiosis como la Anaplasmosis cursan con fiebre, letargia y anorexia. Es muy útil en el diagnóstico haberle visto o quitado una garrapata al gato, porque los signos clínicos son habituales en todas las enfermedades de los gatos. En el hemograma y bioquímica se pueden ver alteraciones que hagan sospechar. La exploración física también puede ayudar si hay agrandamiento de los ganglios linfático o agrandamiento del bazo.
La mejor forma de prevenir la infección es evitando que le gato tenga contacto con garrapatas, bien por medio de collares, pastillas o pipetas, o evitando las zonas con garrapatas. Si hay una zona donde se sabe puede haber huevos de garrapata o garrapatas, hay que desinsectar. Existe tratamiento para la infección, el cual consiste en unos antibióticos concretos y transfusiones si son necesarias. Pero si se diagnostica demasiado tarde el gato puede morir por anemia hemolítica.
Para las personas no hay medidas preventivas, más allá de las de utilizar pantalones y camisetas de pernera y manga larga respectivamente, y evitar zonas y épocas de riesgo. Se dan unos cuantos fallecimientos al año de personas por picaduras de garrapata.
En la próxima entrada hablaré de Aelurostrongylus spp., parásito pulmonar del gato, no zoonótico pero transmitido por caracoles, para completar la serie de vectores. Hasta la próxima!